Me llamo Maxi Miucci, aunque ese no fue siempre mi nombre. Nací en Argentina, pero cuando era niño mi familia tomó una decisión que marcaría todo: volver a Italia, de donde eran mis abuelos. Desde entonces, he vivido entre países, lenguas e identidades. Hoy, después de muchos años, resido en España, con todas esas raíces aún latiendo en mí.
Durante años trabajé en el mundo digital, ayudando a construir puentes entre marcas y personas. Hoy uso esas mismas herramientas para crear historias que dejen huella: donde las palabras importan más de lo que parece. Escuchar, traducir emociones, conectar con el otro…
No vengo del mundo editorial, pero escribo desde que tengo memoria. Escribo porque no sé no hacerlo. Porque a veces solo entendemos lo que sentimos cuando lo vemos reflejado en otro.
Paracosmos empezó como un juego interior. Una forma de dar voz a lo que dolía en silencio: la infancia, los secretos familiares, la violencia que no siempre deja marcas visibles. No nació para entretener, aunque ojalá también lo haga. Nació para acompañar. Para sostener en palabras eso que muchos llevamos sin decir.
No soy terapeuta. No tengo fórmulas. Solo creo en el poder de la imaginación como lenguaje emocional. Creo que la fantasía no es una fuga, sino una forma de regresar. Y que hay historias que solo se pueden contar cuando ya no nos da miedo recordar.
Paracosmos es eso. Una puerta. Una herida que se transforma. Una voz que por fin se escucha.